Soy infiel y no lo puedo evitar

Tengo 35 años , soy contadora, vivo en Buenos Aires, tengo mi estudio en el barrio de Balvanera, casada y con una hija de trece años. Mi marido es un cornudo, yo soy muy atorranta, desde no hace mucho tengo bien asumido ese aspecto de mi personalidad y me encanta coger con otros hombres, ahora sin culpas ni remordimientos de ninguna clase. Para presentarme les cuento: soy muy alta, tengo muy buena cola, a mis amantes les encanta chuparla y morderla, me dicen que es muy sabrosa. Mis tetas no son enormes, pero sí bien duritas y levantadas. Tengo el pelo negro y los ojos del mismo color, porque desciendo de árabes. Mi piel es muy blanca y me encanta el color rojo para mis uñas y labios. Una calurosa tarde de verano yo estaba terminando algunos trabajos en mi estudio y no quería llegar pronto a casa, porque la noche de una mujer casada suele ser aburrida. Ya saben: lavar y cocinar. Luego a la cama y ser culeada mecánicamente por el mismo hombre que ya llevaba catorce años conmigo. No...